Mira... mira como el cielo se oscurece, quisiera balancearme como lo hacen las hojas del cerezo al compás del viento, tan lento, tan suave, tan perfecto...
Sin embargo no puedo, tu recuerdo me ata a este suelo, me ata a este lugar, el cementerio es el mismo cada día, las almas se van hacia el mas allá, y yo.. yo sigo aquí, esperando por tu regreso, me prometiste que volverías, creí en tu palabra, pero jamás volviste... Pero sigo aquí, anhelando por ti, deseando estar entre tus brazos, deseando tenerte a mi lado, deseando ser tuya, y vivir eternamente, junto a ti... para ti...
¿Que acaso no entendiste cuanto te amo? no, yo creo que no, solo me utilizaste, me dejaste, ahora solo puedo verte en mis recuerdos, la dulce agonía me consume lentamente, pero no me mata, por que ya estoy muerta, tu me mataste, que acaso ¿no lo recuerdas? no recuerdas esa noche mientras la luna se mancho de rojo, mientras mi sangre escurría de tus dedos, mientras mi respiración se terminaba, mientras mis latidos se detenían mientras mi alma se desprendía de mi cuerpo, pues yo si, lo recuerdo como si fuera ayer, puedo sentir el punzante dolor de tu cuchillo atravesando mi piel, del fluir de mi sangre a travez de la herida, de como te veía, de como todas mis esperanzas se murieron, ahí, en tus manos, ¿qué que hice yo? nada, no hice nada, deje que me mataras, que me apuñalaras, jamás olvidare esa mirada, el brillo de tus ojos al ver fluir mi sangre, la sonrisa que apareció en tu cara al ver que ya no respiraba, pero sin embargo, sabía que me amabas, besaste mis helados labios por ultima vez, dejaste tu sabor en mi boca, y aunque ya no pudiera sentirlo, puedo imaginarme como fué.
Abandonaste mi cuerpo en aquel cementerio, la suave brisa se llevo consigo todo dolor, todo recuerdo, nadie jamás sabría lo que esa noche había ocurrido, simplemente algún loco suelto, tal vez suicidio, nadie jamás se imaginó que el amor fue lo que me mato...
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