domingo, 27 de enero de 2013

Al despertar...

Tus ojos, tu sonrisa,
tus manos, tus cabellos,
tus mejillas, todo eso,
es lo primero que veo al despertar.

Sentir el calor de tu piel,
ver el carmín de tus labios,
saber que no hay mejor vestido,
que cuando te cubre la luz del sol.

No, no estoy enamorado,
esto va más allá del amor convencional

Recordar cada palabra,
cada seña que has hecho,
queda marcada con sangre,
en lo más profundo de mi ser.

Has hecho de mi lo que te place,
sin pensar en mi corazón,
¡oh! musa mía, dime,
¿a qué se debe tu crueldad?

¿Será que alguien te ha lastimado?
No imagino una lágrima en tu rostro.

Es a caso que ¿tu corazón,
ha conocido el amargo dolor,
de no tener al que quiere,
de no tener ilusión?

Tus heridas sanaran,
el tiempo se encargará,
por ahora me debo ir,
quizá algún día pueda volver.


viernes, 25 de enero de 2013

Susurro al viento...

Una mañana desperté y ahí estaba ella. ¿Siempre había estado ahí? No podría asegurarlo, pero parecía serlo , sin darle más importancia continué con mi rutina.

A veces las personas decían que me obsesionaba demasiado con las cosas, así que ésta vez trate de no darle la más mínima importancia a mi fiel seguidora. Mi día progresó como cualquier otro lunes, trabajé mi jornada normal con mi respectivo descanso, salí a las 4 y tomé el camión que me lleva a mi casa, pensé que ahí la había perdido, pero al mirar al asiento de a lado, ahí estaba ella; cerré mis ojos y esperé a llegar a mi destino. Al llegar a mi hogar me senté en mi mullido sillón, prendí el televisor y comencé a perderme en mis pensamientos, ¿por qué estaba ella ahí? ¿qué quería de mi? ¿era mi amiga? ... ¿amiga? no, ella no era mi amiga, me levanté deprisa y le comencé a gritar

-¿Quién eres? ¿qué quieres de mi? 

Pero no me contestó, se quedó ahí, en total silencio. El pánico comenzó a llegar hasta lo más profundo de mi.

- A caso, tú, ¿me, me quieres matar? - De solo decir eso, caí contra el suelo, estaba cada vez más cerca, podía ver una diabólica sonrisa en aquella forma rara que tenía - eso es ¿verdad?, has venido por mi.-

Comencé a gritar, sentía como mi garganta se desgarraba, me sostuve de una pequeña mesa, me levanté y corrí, corrí y corrí, porque de eso dependía mi vida, pero ella estaba ahí, siempre, detrás de mi, pegada a mis talones, no importa cuanto me alejaba, ella no se iba.

sábado, 19 de enero de 2013

Unos ojos bonitos...

- ¿Por qué no eres mi tipo?
- No lo sé, no soy tú, esa respuesta no me concierne a mí
- Uhm

Se quedó mirándola de nuevo, como solía hacer cuando tocaban el tema del enamoramiento. Ella sólo leía e ignoraba sus miradas tratando de que el color no subiera a sus mejillas. 

Los ojos de Iván siempre brillaban cuando la veía, ella era especial, totalmente distinta de todas aquellas chicas que había conocido, quizá ella podía ser la indicada, le gustaba ver sus labios e imaginar su sabor, sí, él estaba enteramente enamorado de ella.

- Mis amigos siempre dicen que eres mi novia, eso, eso me incomoda
- Y, ¿no les has dicho que no?
- Sí, pero ellos insisten
- Sólo ignóralos, o diles que no

Ella por su parte gustaba de él, le gustaba pasar tiempo a su lado, verle, tomarle las manos, abrazarlo y sobre todo admirar sus ojos, esos ojos color avellana que sentía que podían atravesar su alma, ver más allá de lo físico. Sin embargo, ninguno de los dos aceptaba el evidente amor que existía entre ellos. A veces pasaban noches enteras hablando, discutiendo, las tardes paseando, jugando, caminando, platicando y sus mañanas, bueno, sus mañanas eran el descanso, ambos se recostaban en el pasto y tan sólo se quedaban ahí, viéndose el uno al otro por horas y horas.

- ¿Sabes? a veces pienso que me quedaré solo el resto de mi vida, y seré un cuarentón que jamás habrá besado a nadie.
- Claro que no
- Claro que sí, ¿quién va a querer andar conmigo?
- Muchas personas
- Sí, claro, ¿tú andarías con alguien como yo?
- Sí, yo sí, ¿por qué no? - su corazón latía a mil por hora, se podía sentir como la tensión aumentaba.
-Pues, que poco te quieres

Daniela le dedicó una sonrisa y se fue. A veces ella  soñaba con él, se podría decir que con demasiada frecuencia, también le gustaba verlo a escondidas, seguirlo para luego sorprenderlo, Iván la abrazaba, luego la miraba, le sacaba la lengua y a veces se acercaba a ella, demasiado, ahí era cuando sus ojos la miraban llenos de infinita pasión, ella sólo le sonreía y lo miraba también, la apretaba contra su pecho y después ella bajaba la mirada pues comenzaba a sentir el calor fluyendo por su rostro. 

- De verdad, ¿nunca te has enamorado?
- ...
- Anda se sincero
- No sabría decirlo
- ¿Por qué no? Jamás te ha gustado alguien que haga que tu corazón se acelere, que quieras pasar todo el tiempo posible a su lado, que te haga sentir un noséqué en tu estomago, que sientas nervios cada vez que la veas, que sueñes con ella, que pienses en ella hasta el limite de la locura.
- Creo que sí

De nuevo volvió a surgir un silencio, ella no sonreía.

- Y, ¿cómo era?
- ¿Cómo era qué?
- Ella, de seguro era muy bonita - sentía un poco de celos,  ella hubiese querido ser su primer amor, y ahora que sabía que había habido alguien antes, le dolía un poco.
- Sí, la más bonita que he visto en mi vida
- Eso pensé - ella comenzó a bajar la mirada, todo se había roto - ¿Qué fue lo que te enamoró?
- Aún no estoy seguro si fue su mirada, su sonrisa o su cabello, o quizá, simplemente su manera de ser, sí, de seguro fue eso.
- Y, ¿por qué no le pediste que fuese tu novia?
- Porqué aún no tengo el valor para pedirselo
- Espera, dices que, ¿aún estás enamorado de ella? - su corazón se estaba rompiendo, todo se quebraba justo enfrente de sus ojos, incluso unas lagrimas amenazaban con salir.
- Sí, no puedo evitarlo, teniéndola aquí, frente a mí, viendo lo hermosa y bonita que es.

viernes, 18 de enero de 2013

Relatividad...

¿Saben lo que es la soledad? Espero que su respuesta sea no...

La soledad es sentir como una estaca de hielo se clava en lo más profundo de tu corazón, es un frío que te hiela, que se va expandiendo por todo tu cuerpo, que te congela la sangre. Es no tener otro ruido que tus propios pensamientos. Es pensar en toda tu vida en tan sólo unos segundos, aún cuando piensas que ha pasado una eternidad. Es estar rodeado de gente y tan sólo ver como sus bocas se mueven, sus sonrisas, sus expresiones, la vida que pasa enfrente de ti mientras estás sentando haciendo nada.

Sí, eso es la soledad, es poder sonreír unos instantes y luego sentir como tu vida se derrumba, que las lagrimas comiencen a brotar de tus ojos y que no haya nadie ahí para ofrecerte su hombro, que quizá nunca nadie esté a tu lado para acompañarte. 

¿Qué por qué siento todo esto? No sé, y me temo que jamás sepa la respuesta. Y no, no es que no me guste estar sola, simplemente a veces paso demasiado rato así y quizá esto no sea bueno, empiezo a perder el afecto hacia las personas, a preferir sentir el viento helado rozando mi piel que compartir mis pensamientos con alguien. Sí, comienzo a sentir miedo de lo que pueda llegar a pasar conmigo, no, no sé porque, sólo lo siento, es algo que simplemente, no puedo explicar...