jueves, 29 de enero de 2015

Ahogado en la realidad

Hubiera querido seguir soñando pero de pronto su voz me regreso a la realidad, ese sonido tan cálido de tanto tiempo atrás, casi olvidado por el tiempo, salí a buscar para ver de dónde provenía, recuerdo el sol calentando cada poro de mi piel, era reconfortante sentir como aquel calor envolvía mi cuerpo, había olvidado tan magnifica sensación, pues en mi sueño eterno todo era oscuridad.



Recuerdo todas las veces que me decían que la vida mejoraría, todas y cada una de ellas fueron mentiras, claro que no, no valía la pena vivir, jamás le había importado a alguien, siempre deambule solo por las calles buscando aquello por lo cual debía seguir adelante pero siempre obtenía el mismo resultado, nada, cada vez el vacío me iba devorando por dentro, no podría resistir mucho mas tiempo y así fue como ella apareció, dándole sentido a mi vida, no, no era amor, tan solo me brindo su amistad, me escucho como nadie jamás lo había hecho, trato de comprenderme, consoló mis llantos interminables y poco a poco hizo que todo fuera mejor. La vida comenzó a tomar un rumbo diferente, creí que entonces ya todo estaría mejor, que jamás me volvería a sentir solo, que jamás tendría ese vacío tan horrible que sentía en mi pecho, pero claro, era joven y tonto. 

Aquel día he querido olvidar, pero no puedo terminarlo de enterrar, fue el día en que todo cambio y volví a sumirme en mis fantasías para así ahogar a la realidad, ella y yo saldríamos a caminar, un pequeño paseo por el parque, pasaron los minutos, las horas, los días, no supe nada de ella, trate de marcarle, de ir a su casa, de buscarla y entonces me di cuenta que yo no sabia nada sobre su persona, me había metido en el egocentrismo y solo hablábamos de mi, no supe que hacer, me senté sobre un banco y comencé a llorar amargamente, había sido la única persona que me brindo su amistad y yo no le puse importancia a ella, comencé a soñar mil historias tratando de ignorar lo que pasaba, una detrás de otra y poco a poco se fue alejando como un barco que avanza hacia el atardecer, mi mente se relajaba, me sentía mejor, todo se tornaba oscuro y la paz reinaba el lugar.