viernes, 14 de diciembre de 2012

Inocencia

Él era diferente a cualquier persona que pudieras conocer, simplemente era único. Hablaba demasiado, y muy rápido, a veces las cosas que no decían no tenían sentido, pero sin embargo había algo en él que le gustaba, que le daba curiosidad, para ella, él era la persona más dulce, tierna, adorable e inocente que había conocido, adoraba pasar tiempo con él, tan sólo mirando como hablaba pues a veces se perdía en sus palabras. Los ojos de él brillaban cada vez que la veía, no se daba cuenta de que se estaba enamorando. Ella también lo hacía, y cada vez que él decía "Te ves tan bonita", sabía que no existían palabras más sinceras; cada día que pasaba lo quería un poco más, aún si nadie lo notaba. 

A veces él la buscaba tan sólo para estar unos minutos a su lado, le bastaba con verla, pero él jamás había tenido novia, jamás había besado a nadie, era inocente, la quería de verdad, y nunca antes había sentido algo así, tenía tanto miedo de que ella no lo quisiera, que lo rechazara, algunas veces la tomaba de las manos, la miraba a los ojos y sonreía, esos momentos eran cuando sus ojos más brillaban, cuando veía sus labios rojos como el carmín. cuando las ganas de besarla lo llenaban enteramente, pero nunca lo hacía. Ella tan sólo esperaba el momento, no se atrevía a dar el primer paso por temor a equivocarse, sabía que a él ni siquiera le gustaba despedirse o saludar con un beso en la mejilla. 

Quizá esta historia no tiene un final feliz, quizá pueden vivir eternamente enamorados sin decirse nada el uno al otro, quizá no, quizá él por fin se atreva y le robe ese beso que tanto desea.

Era una fría tarde, el viento soplaba fuertemente jugando con los cabellos de la chica, él jamás la había visto más bonita, le tomó la mano, la miro fijamente y luego sonrió, solía hacer eso con frecuencia, ella le devolvió la sonrisa y después bajo la mirada, le apretó la mano y un "Te quiero" se escabulló de entre sus labios, él no podía creerlo, la detuvo y la tomó de los hombros, acarició su mejilla y una vez más la sonrisa se dibujaba en sus bocas "Qué bonita eres" ella se sonrojó, se acercó a él y simplemente lo abrazó.