lunes, 5 de noviembre de 2012

Noviembre con N de nostalgia...


Iba a escribirte una carta, pero esta vez quería que fuese diferente, de distinta manera, claro, porque sé que esto tampoco jamás lo leerás...

A veces hay momento de tu vida donde lo que más quieres es simplemente tener un hombro en donde llorar, normalmente la mayoría de las personas tienen amigos que los consuelan, que están siempre a su lado, que son inseparables, que incluso cambian el término de amigo a "mejor amigo". Sí, así es, la mayoría de las personas tiene uno en su vida, pero yo, bueno, yo soy un caso distinto, cada vez que creo tener un mejor amigo algo hago mal y pues simplemente lo acabo perdiendo, mi culpa, desde luego, pero quisiera siempre tener la esperanza de que algún día simplemente encontraré a alguien que realmente entienda como soy, sí, eso quisiera, pero mi realidad es otra... Así cómo empecé a dudar de la existencia del amor y finalmente decidí dejarlo en sólo algo pasajero, temporal, en una simple ilusión, ahora vuelve a pasar lo mismo con esto que yo considero lo más importante en mi vida, si dudo de la amistad, entonces, ¿en qué creo?

Un viernes me desperté llorando, con mi corazón roto, había perdido de nuevo a mi mejor amigo, mi esperanza se estaba desvaneciendo, pero había algo que aún la mantenía con vida, bueno, no algo sino alguien, ese día aún cuando amanecí sola pensé que todo cambiaría con su llegada, me puse a esperar con lágrimas en los ojos, ilusionada quizá, sabía o quería pensar que él y su sonrisa harían que las cosas estuvieran mejor, estaría ahí para poder enjugar mis lágrimas y dibujarme una sonrisa, pasaron los segundos, los minutos, las horas y la esperanza cada vez se perdía más, y entonces lo entendí, yo estaba sola, siempre lo había estado pero lo quise negar, quería creer que en algún momento de mi vida eso cambiaría que quizá el sería la diferencia, pero me equivoqué, fallé de nuevo, me fallé a mi misma, quise creer en una mentira pero sólo me estaba lastimando, sí, sola, sola pasaría las noches de invierno recostada en una cama cubierta con cobijas mientras miraría al techo pensando en el quizá, en un hubiera. 

Mil cosas cruzaban por mi mente, tantas ideas, y cada una de ellas única, pero después de todo esto es lo que soy, si no puedo encontrar un amigo en el que pueda confiar, entonces, entonces nada se puede hacer, si todo lo callo en lo más profundo de mi ser, si cada sentimiento es enterrado sobre toneladas de máscaras, si yo soy la que simplemente no quiere cambiar, entonces, entonces no existe solución; fue entonces cuando lo entendí, ya no tendría que sonreír porque en algún momento todos se olvidarían de mi, todos simplemente no podrían seguir preocupándose por alguien que quizá disfrutaba estar así, no podrían seguir preguntando los porque sin obtener respuestas, pronto algún día todos se cansarían de mi, sí, así será, quisiera poder pensar en algo para poder contradecirme, pero esto, esto es todo lo que soy, lo que tengo y es algo que simplemente no puedo dejar...


Y sí, tengo miedo, miedo, no, no a quedarme sola, eso, bueno, eso realmente no importa mucho, tengo miedo de lastimarte, de decepcionante, de fallar. Quisiera simplemente creer que todo va estar bien, pero no puedo si al despertar lo primero que hago es estar sola, es sentarme en mi cama y tan sólo quedarme hundida entre el silencio infernal que existe en las mañanas, o a veces tener que escuchar gritos, insultos, reclamos, y querer ponerme audífonos para borrar todo eso, pero no, no es así, la música sólo me hace entrar en mi mundo lleno de mentiras, donde todo está bien, es como dormir despierta. Ni siquiera en mis sueños puedo estar tranquila, las pesadillas me consumen, noche tras noche, no, a veces tan sólo quisiera que alguien me abrazara y me dijera "Tranquila, mañana todo mejorará" que me besará la frente, que se quedará conmigo a pesar de todo, que no me dejará llorar, y que aún si las lágrimas tientan con salir simplemente me dijera que llorar es bueno de vez en cuando, pero esos son tan sólo sueños inalcanzables, nada más que eso. 



Sí, podría estar aquí escibiendote eternamente, sólo así mi alma descansa, sólo con un pedazo de papel y lápiz puedo desahogarme, sólo escribiéndote algo que sé que jamás leerás, sólo así me siento mejor, sólo así puedo imaginar que estás leyendo esto, que me comprendes, que quisieras abrazarme perla estás muy lejos para poder hacerlo.

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