martes, 24 de julio de 2012

Algo más...

Quisiera ser algo diferente, algo que dure para siempre.

Sí, eso quisiera...




Podríamos habernos besado eternamente, jamás soltarnos de las manos, fundirnos en ese abrazo, pero no, no lo hicimos; dejamos pasar el momento, nuestro amor se fue consumiendo, se fue acabando, todo iba a terminar. Corrí, no quería dejarlo, lo amaba, realmente lo hacía. No podía concebir mi vida sin él. Pero yo, yo no era su felicidad.

Lo vi alejarse de mi, caminar en una dirección opuesta hacia donde yo iba, no se atrevió a mirar atrás, quizá no quería verme ya más, alcé la mano para intentar alcanzarlo, y luego la bajé, tenía que dejarlo ir. La lluvia comenzó a caer, levanté la mirada al cielo, todo había terminado, jamás lo volvería a ver. Hubiera querido un último beso, sólo uno más, mirarle a los ojos y decirle que lo amaba como jamás volvería a amar, que esto que sentía en mi pecho quemaba, pero quizá también lo hubiera suplicado que no me abandonara, las lágrimas comenzaba a caer al compás de la lluvia, formaban una exquisita melodía. Caminé sin rumbo fijo, ya no tenía ningún propósito en la vida más que esperar la lenta y dolora muerte que esperaba por mi. 

El viento tiraba contra mi piel. Me abracé fuertemente, busqué un lugar donde refugiarme, pero no había nada. "No importa, estaré bien" seguí caminando la lluvia cada vez llegaba con más fuerza. "Él prometió que siempre estaría conmigo" no, no, no tonta, tonta, él no era feliz conmigo, jamás lo fue, él merecía algo mejor, alguien que de verdad lo quisiera, que le dedicara cada una de sus sonrisas, que lo amara sin condiciones; yo, yo jamás podría haber hecho eso, sólo lo atormentaba, había sido tan egoísta al creerlo sólo para mi, estaba tan cegada por el amor "No, eso no era amor" sí, tenía razón, eso no era amor, si lo hubiera amado me habría dado cuenta de que no era feliz a mi lado, de que el brillo de sus ojos se había estado apagando con el paso del tiempo. "Jamás te amó" quería que esa voz se callara, sacudí mi cabeza, comencé a correr, las gotas ya no dolían tanto, los recuerdos amenazaban con empezar a aparecer, corrí más rápido, y entonces tropecé y ahí estaba él, con su sonrisa, mirándome como si jamás antes me hubiera visto.

- ¿Estás bien? - me preguntó, sus ojos volvía a tener ese brillo; tomó mi mano y me ayudó a ponerme de pie. ¿No me recordaba? asentí con la cabeza
- ¿Por que corrías? 
- No lo sé, creo que simplemente dejé de creer en el amor


El frunció la boca, me miró y luego comenzó a reírse, no pude evitar reír también, jamás creí esto posible, volverlo a ver, sonriendo, para mi...

- No lo hagas, simplemente es cuestión de encontrar a la persona adecuada

Le sonreí una vez más, di media vuelta y comencé a caminar.


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