lunes, 30 de abril de 2012

Miedos...

Quizá sea el peor enemigo, pero esto es lo que siento, miedo, miedo en forma de lágrimas, miedo quebrando mi frágil corazón. 

Quiero disfrazarlo escribiendo, quiero borrarlo de mi mente, porque duele, quema en mi interior, quisiera callar esta voz que dice dentro de mi cabeza que todo saldrá mal, que las cosas terminarán, que nada será igual, que sólo me creo falsas ilusiones, quiero callarla y decirle que no es cierto, pero eso no lo sé, ¿Cómo decirle que se calle si no se cual es la verdad?. 
No, no, no, esto no puede ser así, tengo que estar mal, debo estar equivocada. 



He vivido mi vida llena de fantasía, soñando siempre con algo mejor, aunque todo se vea mal, soñando con un final feliz, llámenme loca, pero eso es lo que siento. Un día amaneceré, y ya no sentiré sufrimiento, conoceré la felicidad disfrazada de paz, podré flotar libre en pensamientos, sí, algún día así será, sonreiré sin necesitar motivo alguno podré mirar el cielo y suspirar; pero mientras seguiré con mis miedos, viviendo aterrada por un mañana del cual no quisiera saber más. 

Ya es medianoche. Debería dormir, sin embargo escribo mis miedos mientras la noche me cobija. 

Perder un amigo.
Perder un amor.
Perder mi familia.
Perder el mundo entero.
Perder la luna.
Perder el escuchar.
Perderme en la oscuridad.
Perderme a mi misma. 
Perder la lealtad. 

Algunos dicen que para vencer tus miedos hay que enfrentarlos, pero, ¿Cómo enfrentar algo que no conoces? Algo que quizá no sea real. 

Yo tan sólo he aprendido a vivir con ellos, pues esa es la única manera que encuentro para poder vivir. 

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