La noche se mecía al final de la calle, no había nada ni nadie, apresuré mi paso casi instintivamente, tenía miedo, sentía que la sangre se me estaba helando "Rápido, rápido" el sudor comenzaba a correr por mi frente, él se acercaba, lo podía sentir, a cada paso que daba. No podía gritar, mi boca estaba llena de sangre, comencé a correr, no tenía a donde ir, pero no me detuve, mi respiración era rápida, me costaba trabajo, estaba helando. Se oyó un disparo, abrí mi boca pero sólo conseguí escupir sangre, seguí corriendo.
- ¡No tienes a donde ir! ¡No sigas más! - su voz era horrible era como oír gritar a un esquizofrénico, tropecé, se había terminado. Una punzada de dolor vino desde mi pierna, otra más, sentía como mi pantalón se humedecía debido a la sangre. Lloré, lloré como nunca, levante mis brazos contra él pero sólo conseguí que me disparará de nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario