martes, 24 de enero de 2012

Carta de un amante...

Querida Fabiola:


Lo siento, pero ya no puedo aguantar más esto que siento hacia usted, esto que quema en mi pecho, que cada vez es más fuerte la sensación de querer tenerla a mi lado.
El tiempo transcurre demasiado lento, y no sabe el dolor punzante que siento al verla pasar con otro caballero, de saberse que no es mía, y que quizá no lo será, pero al ver su sonrisa mi mundo da un vuelco, ese destellar de dos luceros, de las olas del mar traídas a su cabello, de su delicado caminar, y la fragancia que deja al pasar, me he enamorado de su figura, de su incesante mirar, su infinita gracia y belleza, es usted un divino ángel enviado a la tierra, con el fin de crear tentación en todas aquellas criaturas que de mirar han pecado, ese rápido palpitar de mi corazón al ver su caminar, he sucumbido a su amor, por tan sólo un minuto de su tiempo.
Le pido acabar con mi agonía, con tan sólo unas palabras de desdicha, una mirada fría, quizá no llegase a matar el amor que le profeso, pero mi desilusión crecería, la esperanza marchita de un futuro sin usted. Pero si lo contrario llegase a sentir, más no se ha de decir, escaparemos juntos, y la haré feliz, nada le faltará, si de amor se pagara, la dama más rica sería, si de dicha y felicidad se viviera, sería la dama más perfecta. 

Por siempre Suyo
Oliver


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