domingo, 12 de febrero de 2012

Más allá del cielo...

Me sentía desesperada, ahí estaban los dos, peleando, discutiendo, y todo era mi culpa, era por mi amor...

Me senté en una esquina, me llevé las rodillas hacia mi cara, abracé mis piernas, las lágrimas fluían de mis ojos, no quería aquello, tan sólo quería verlos felices, y ahora, todo había terminado mal, yo amaba a ambos, y había descubierto que aquello era posible, era el mismo amor, la misma necesidad de tenerlos, de sentir su aroma y su cuerpo, no podía elegir, no podía dejarlos. Los gritos cada vez eran más fuertes, los pedazos de mi corazón regados por doquier en aquel oscuro callejón, con cada palabra, con cada cosa que ellos hacían...

- ¡Basta! ¿Qué no entienden? ¡Me están matando! - pero no me escucharon, ahora yo no era nada, tan sólo estaba ahí, como un trofeo, no importaba lo que yo sintiera, los recuerdos me atormentaban, tapé mis oídos con mis manos, cerré los ojos, ya no podía más, imágenes pasaban por mi cabeza, memorias, palabras, ahí estaban ellos, había llevado la relación con ambos, quería decirlo, pero sabía que no entenderían, ¿Por qué? ¿No había otro final? tan sólo deseaba felicidad. "Te amo" resonaba en mi mente, no, no, no, ya no podía más con aquello, me levanté, fui hacia ellos, les supliqué, les rogué, pero sólo me miraron, el sudor recorría sus frentes, un poco de sangre que tenían en su boca, su nariz... De pronto ellos se quedaron paralizados, sus caras estaban blancas, uno retrocedió un poco.

- ¿Pero qué demonios...? - no entendía que pasaba, tan sólo me miraban con los ojos abiertos, volteé a ver si veía algo, pero no encontré nada, no había nada atrás de mi 
- ¡Ah! - solté un alarido, coloqué la mano en mi estomago, estaba húmedo, miré mi mano
- Es sangre... - estaba sangrando, aquel líquido escarlata cubría mi palma, mis dedos, escurría hasta llegar al suelo, las cosas se tornaron borrosas, perdí el equilibrio, caí, sólo escuché como ellos fueron hacia mi, me sostuvieron entre sus brazos, me pedían perdón, pero ya era muy tarde, comencé a escupir sangre, todo me dolía, era punzante, sentía el fluir de la sangre a través de mi garganta, era un sabor dulce, se sentía cálido, no podía hablar, quise decirles que no se preocuparan, que todo estaría bien, pero cerré mis ojos, tan sólo fue por un instante, estaba cansada, agotada, sólo quería descansar, y eso, eso es lo último que puedo recordar...

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