lunes, 31 de marzo de 2014

El camino al final del arcoíris...

Podríamos haber inventado tantas historias tan distintas, desde las más hermosa hasta la más trágica, y aún así, decidimos vivir en este infierno, rodeados de gente que no se preocupan por nadie más que por ellos mismo, de ruidos que carecen de sentido, donde lo único bello es aquello que los humanos no han tocado, vivimos rodeados de estereotipos, de mentiras, de cosas superficiales y donde pocos se quejan de ello, algunos nos encerramos en nosotros mismos ajenos a todo este desastre, a todo esto a lo que los demás llaman vida, pero no hacemos nada por cambiarlo, por más que hablemos, po más que estemos inconformes, sólo nos quedamos observando detrás de un vidrio, donde nos sentimos a salgo de las maldades que se encuentran en el exterior, no nos damos cuenta que somos igual o peor que los demás.

Una vez intenté cambiar al mundo mediante sonrisas, mediante pequeñas acciones que quizá pocos o nadie notaba, pero la gente me comenzó a señalar, decían que algo no iba bien conmigo, que estaba en contra de ellos y de su mundo, me tomaron y me encerraron en lo más profundo de un templo, me rodearon con guardias, con trampas y con tantas cosas que sólo había podido imaginar en películas. Comprendí que había hecho un gran error y que sin embargo no lo cambiaría porque lo había intentado, había ido a algo más allá que simples pensamientos, de algún lugar había obtenido el coraje de poder decirles que estaban mal, aún sí ellos me habían considerado insana, aún así lo había intentado. 

Veo el mundo a través de unos gruesos barrotes, como poco a poco lo destruyen, como el cielo y la tierra van perdiendo su color y lo peor de todo veo la indiferencia de las personas al notarlo... Pienso que quizá tengan miedo de terminar como yo, en una celda con olor a húmedo y donde el musgo crece por doquier, donde el viento recorre cada rincón y donde la única compañía son los pensamientos mismos, si de cierta manera puedo decir que los comprendo. Ahora mismo es de mañana, me gustaría poder escribir estas letras sobre un papel y aventarlo al exterior donde quizá alguien lo lea y lo haga recapacitar, pero debo conformarme con grabarlas en mi mente y rogar que lo que hice no haya sido en vano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario