domingo, 31 de marzo de 2013

Azares del destino...

- Te quiero
- ¿Aún? ¿Después de todo?
- Sí, no te he olvidado, no puedo, por más que trate siempre estás en mis pensamientos.

No sabía que contestarle. Ella bajó, quería llorar, sus palabras la estaban atravesando, él lo notó, colocó sus manos en sus mejillas y le pidió disculpas, cruzaron miradas por un segundo, aún existía algo, pero había pasado ya tanto tiempo. Ella había soñado tantas veces con este momento, con que él le volviera a hablar, lo había anhelado, pero ahora que finalmente había sucedido, no sabía que hacer; ellos ya no podían estar juntos entonces, ¿por qué el destino seguía juntándolos? No tenía sentido.

- Pero, ¿y si ya es demasiado tarde?
- Nunca lo es

Le tomó las manos...

- Siempre te voy a querer, eres lo mejor que me ha pasado, deberías de entender eso
- Lo sé, es sólo que...
- ¿Qué?
- No sé, es difícil de explicar
- Pues trata
- ¿Sabes? cuando me dejaste de hablar sentí como si me hubiera tomado el corazón y lo hubieran estrujado hasta que ya no quedara sangre en él, pero lo entendí, no podía tenerte esperando para siempre, tantas veces me pregunte que hubiera pasado si yo hubiera dejado todo y me hubiera ido contigo, pensé en tantas distintas historias si las cosas hubieran ocurrido de distinta manera; pero después de tanto tiempo de torturarme, comprendí que todo aquello no serviría de nada, lo que pasó pasó, no podía cambiarlo, aunque pensara que sí, aunque fuera lo que más quisiera...
- Fue mi error, yo tenía que esperarte, eres perfecta, en cada sentido
- No lo soy, tú te mereces algo mejor, pero sigues aquí, ¿por qué?
- No sé, quizá estoy loco o no lo sé, pero pienso en ti y pienso en lo que sería mi vida sin ti y no le veo sentido, te necesito, todo este tiempo que no estuviste sentía como si mi vida estuviese vacía, necesitaba tus palabras, tus sonrisas, nuestras conversaciones, tu mirada, te necesitaba... Y yo, yo fui tan estúpido al dejarte, tenía que esperarte, confiaba en ti, sabía que lo harías, pero mis esperanzas se agotaban con el tiempo.

Ella comenzó a llorar, ya no pudo soportar, aquellas palabras, todo el tiempo que esperó

- Yo también te quiero, a pesar de todo, soñé innumerables noches con este momento
- Y ahora estoy aquí, junto a ti, y eso ya no cambiará.

Él se aproximó a ella, le enjugó las lágrimas y después se acercó lentamente, sus labios apenas se rozaron pero fue un momento perfecto

- Quiero quedarme contigo, siempre, así...

No hay comentarios:

Publicar un comentario