sábado, 8 de agosto de 2015

Los amantes de la luna...

- Quizá esta sea la ultima historia que te cuente.
- Pero, no podría vivir sin tus historias...
- "Una vez existió un chico eternamente enamorado de la luna, no tenía ojos para nada mas, solo leía bajo la luz azul que ella le proporcionaba, no necesitaba nada mas. 

Una vez existió una chica eternamente enamorada del viento, para ella no existía nada mas, solo se sentaba a leer cuando podía sentir ligeras corrientes de aire jugar con sus cabellos.

Por azares del destino una noche se encontraron, quizá el viento la llevo hasta él, quizá la luna lo iluminó para que ella pudiese verlo, no lo sé, el destino tiene caprichos que a veces carecen de explicaciones. Por primera vez ambos levantaron la vista de sus libros, se miraron, sintieron la eternidad pasar en aquellos segundos, el mundo corría mientras ellos había quedado congelados, ella sonrió dejando escapar una ligera risa, tenía los ojos color avellana, llenos de estrellas y misterios que él quería conocer, sin darse cuenta él también le obsequió una sonrisa, sus ojos, oscuros como la noche, la miraban fijamente tratando de grabar cada detalle en su mente; estiró su mano tratando de alcanzar la de ella, pudo sentir unos finos dedos que se aferraban a los suyos, la electricidad corrió por todo su cuerpo, podía ver la luna reflejada en sus ojos, ¿como era eso posible? La luna en todo su esplendor reflejada en los ojos de aquel insignificante ser; sus corazones acelerados deseaban ese encuentro mas que nada, pronto sostuvo sus dos manos y estuvieron lo bastante cerca para poder sentir la respiración del otro, ella sentía la misma sensación que cuando el viento rozaba su piel.

La luna los miraba desde lo alto, solo observaba como aquel ser humano le arrebataba a su fiel enamorado, veía sus hilos de plata romperse, no, él no podía amar a nadie mas que a ella, se dejó caer sobre el lago que albergaba su reflejo y emergió como un cisne desde lo mas profundo del agua, su figura se asemejó a la de un humano, iba desnuda, pues la luna no necesita vestimenta, con largos cabellos de plata que caían en caireles por debajo de sus caderas, piel tan blanca como la porcelana y ojos grises que tenían una expresión digna de cualquier reina, dirigió su mirada directamente a donde aquella joven pareja se encontraba.

- Traidor, me habías prometido amor eterno pero ahora has roto cada hilo de plata entre nosotros, ¿como has sido capaz de ello? tu no debes amar a nadie sino a mi.

Él miraba incrédulo aquella situación, ¿de verdad la luna había escuchado todas sus palabras y ahora venía a proclamar aquello? La chica se escondía detrás de él, estaba asustada por aquella bella joven que no sabía era la luna. 

El silencio reinó entre los tres.

La luna tomó uno de los hilos que aún pendían entre los dos, lo amarró a una de las muñecas del joven, dio media vuelta y volvió a caminar hacia su reflejo en el lago, él se veía arrastrado por ella sin poder hacer nada, solo miraba los ojos de la chica suplicando su perdón. El viento no la dejaba avanzar, la chica sólo pudo contemplar como lo arrastraban hacia el interior del lago.

El joven perdía el aire de sus pulmones, la ultima imagen que tuvo fue de la chica de ojos avellana, una última sonrisa brotó de sus labios.

Desde ese entonces la chica se sienta en la banca que mira hacia el lago y contempla a la luna que ahora tiene una estrella muy grande a su lado; ella sabe que él puede verla, el viento le brinda consuelo, pero no es suficiente. Un día ella también avanza hacia el lago, las corrientes de aire tratan de impedirlo sin éxito alguno, sus pies ya están en el agua, se recuesta, puede ver la estrella desde ahí, cierra los ojos, sonríe, y entonces el reflejo de la luna se tiñe de rojo..."






2 comentarios:

  1. "Solo puedo desearte la mayor de las alegrías, sabiendo que ahora jamás regresaras a mi..."

    Espere y así como él/ella, no podría vivir sin tus historias...

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