domingo, 29 de junio de 2014

¿Qué hace en caso de un "te amo"? ...

Ella y él, los eternos enamorados condenados a vivir en silencio, sin decirse ni una palabra sobre lo que siente el uno por el otro. Ambos distraídos, desinteresados, sinceros, inocentes. 

30 de Noviembre. 

Una fecha que cambiaría sus vidas, porque a veces unos centímetros hacen la diferencia, a veces se crea la atmósfera correcta justo en el preciso momento, donde los pensamientos de ambos revolotean  por doquier sin frenarse, llegando a un sin fin de conclusiones y al final pasan a ser un beso, un delicado y apasionado beso, lleno de desesperación y anhelos, de incertidumbre, de dudas, de alegría, de tantas emociones contradictorias y todo en un simple beso. 

Ni una palabra. Aquello no era real, ambos lo negaban, eran amantes secretos que ocultaban la verdad aún para ellos mismos. 

Aquel fue un día como cualquier otro, sus dedos se entrelazaban y se dedicaban sonrisas coquetas.

- ¿Me quieres? - le pregunto ella con una mirada tierna e inocente, sabía la respuesta, pero igual le gustaba escucharla.
- Te quiero como a nada en este mundo, te quiero mucho, mucho, mucho, te quiero tanto que te amo, te amo, esa es la verdad, te amo, quiero que lo sepas porque lo he callado mucho tiempo, tenía miedo, pero ya no me importa, te amo, te amo, de verdad yo te amo.

Ella no supo que contestar, no esperaba esa respuesta, sus dedos se separaron y la distancia ganaba terreno entre los dos, lo miro a los ojos, ¿ella lo amaba también? no lo sabía, no estaba segura, jamás sé lo había preguntado, no sabía que hacer ni como reaccionar, no quería herirlo, pero pensar en el amor de aquella manera tan profunda la ponía nerviosa, la asustaba, sí, ella lo quería, lo quería mucho, pero amarlo era una palabra demasiado fuerte que no se atrevía a usar. Dio media vuelta y salió corriendo de aquel lugar, comenzó a llorar porque quizá aquello había sido un error, había llevado todo demasiado lejos y ahora ya no había marcha atrás, lo iba a perder, para siempre, pero no podemos culparla, ella no sabía amar.

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