domingo, 12 de agosto de 2012

Una leyenda más...

Hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano, alejado de todo, en medio de las olas, donde la luna dormía y las estrellas descansaban, habitaba una muchacha, de finas facciones y menudo cuerpo, ella cantaba todo el día sin parar, y la leyenda cuenta que los jóvenes que oían de aquella señorita, y de su belleza, intentaban ir hacia ese lugar y conquistar su amor, pero jamás nadie pudo lograrlo, los retos que estaban en el camino les hacía imposible si quiera llegar a la mitad del trayecto; sin embargo, como en toda leyenda, existió un joven que pudo lograrlo, y esta, esta es su historia...

"Una joven de indescriptible belleza, de impresionante voz, de hermosas cualidades, jamás vista por alguien humano, tan sólo una leyenda más, cientos han luchado por verla, y han muerto en el intento, pero él era diferente, quizá no era fuerte o muy inteligente, pero su voluntad era la más fuerte. Atravesó por los mares llenos de trampas, logró pasarlas todas, llegó hasta la isla, comenzó el camino a pie, la travesía era larga, pero su voluntad era aún más grande. Él sólo pensaba en ella, se la imaginaba, soñaba con su figura, con su rostro, con oírla cantar, y de pronto ahí estaba, la vio, de espaldas, sentada junto a la luna, cantando, soñando con los ojos abiertos, su voz era lo más hermoso que alguna vez había escuchado, todo era magia a su alrededor, el aire era distinto, había un aroma dulce, y a su alrededor había un aura que hacía que sus cabellos parecían hilos de luz entrelazados, sí, era lo más hermoso que jamás había visto, iba más allá de la belleza humana. Caminó lentamente hacia ella, alzó su mano, quería tocarla, saber que era real; estiró su brazo, sus dedos, casi podía rozarla, sentía una brisa a su alrededor, se sentía tan exquisito... Pero cuando la tocó, todo se extinguió, se fue, y en su lugar, unas florecillas rojas empezaron a surgir de la tierra, todo se llenó de ellas, incluso él, de su piel comenzaron a brotar también, llenando aquel lugar de sangre, sus gritos infernales destrozaron la atmósfera, pero el había cometido algo imperdonable, nadie podía tocarla, ella era sagrada, algo sobrehumano, pero sin embargo, esas flores que surgieron en su lugar florecería sólo una vez al año, recordando la belleza infinita y también que alguna cosas tenía que quedar sin ser descubiertas, esas flores de 4 hojas, rojas como la sangre, de tallo verde, tan verde, lleno de vida, esas flores que luego sería nombradas Tulipanes, representando la belleza y la voluntad por querer encontrar algo, sí, eso era, esta leyenda que jamás sería contada, pero que viviría para siempre en la belleza de una simple flor, sin saber que  era en verdad" ...


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